Eres tan toxico como fumar. Como la primera calada que te hace ahogarte y toser, así de malo eres, y así de adictivo.
El recuerdo de tus manos por mi cuerpo, por todas partes, que me hacía replantearme si realmente tenías dos o mil. El calor de tu cuerpo, a punto de quemarme en aquel invierno tan frío. Y esos ojos, tan dulces y pícaros.
Si... Eres como tabaco en su estado más puro, cocaína para el adicto, helado para el gordo. Tan malo que sabes que está mal, pero tan bueno que solo puedes decir:
-A la mierda, un día es un día.
Y así día tras día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario